lunes, 28 de noviembre de 2011

Rescatando pensamientos

Es tarde en mi reloj y ahí fuera las luces de los edificios comienzan a apagarse. Curro se fue a la cama sobre las 00:04 horas y mi hermano... Bueno, el nunca sale de su cuarto así que no tengo ni la más remota idea de si se fue a la cama o aún anda revoloteando por su habitación.
No sé por qué pero a diferencia de mi hermano o de Curro a mi me cuesta ir a la cama a eso de las 00:00, por poner un ejemplo. Si no fuera porque al día siguiente tengo clases a las 9:00 de la mañana me llevaría toda la noche despierto escuchando Jazz, escribiendo estupideces, visualizando vídeos trascendentales, etc. Por ello creo que se me vino a la mente crear un blog como este, para saciar mis ansias de lucidez a altas horas de la madrugada.
En fin, la verdad es que no se si hacer de este blog un diario de penas al estilo quinceañero publicando vídeos de Taylor Lautner o subiendo fotos emos depresivas; o en cambio, romper la dinámica y publicar lo que a mi me salga de la po**a, perdón, de las narices.
Creo que optaré por la primera de las opciones. Sinceramente quiero llegaros al corazón, o mejor dicho, quiero que mi blog sea leído por capullos integrales. A fin de cuentas, para que no me lea nadie prefiero que me lean tíos moñas, pilinguis suicidas y pijas de collares de bolas.
Y para comenzar de la mejor forma posible creo conveniente rescatar un escrito (que viene muy bien para lo que acabo de comentar sobre mis noches en vela) el cual publiqué hace un mes aproximadamente en una página desconocida por aquellos que rondan programas "intelectuales" de televisión y que pasó totalmente desapercibido para el gran público (solamente 41 lecturas).
Quizá aquí tenga mejor fortuna y sea leído por multitud de personajes de igual calaña que la mía. Ahí va, cogedlo.




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