viernes, 8 de junio de 2012

Otoño no llega

El dolor es aquello que perdura más allá de las las lágrimas.
El dolor son los recuerdos borrados que aparecen de nuevo.
Es el color de tus ojos en el agua, es el tacto de tu piel sobre el folio.
Tu pelo en mi almohada, los objetos que no te llevaste, el olor a tu cuello que aún queda.

El dolor no es una palabra mal dicha, ni un golpe mal dado.
Lo que duele no sangra. Penetra y destruye.

El dolor es tu voz que se apaga en mi oído. Ya no la recuerdo, ni a ella ni a ti.
Tu cara es un difuminado en el lienzo de mis ojos, un boceto inacabado.

Y al final no quedará nada.
Ni siquiera el dolor quedará. Se irá como tu te fuiste, pero más tarde.
Haciendo menos ruido, tal vez.
Limpiando los labios manchados de ti.

Y otras besarán los míos, otros besarán los tuyos, pero ninguno como los nuestros cuando se unieron.
Nunca como los nuestros.

El tiempo es eso que nos dio la vida para olvidar las cosas que una vez tuvimos.
Hoy el tiempo va despacio, no quiere caer la arena, esa que pisaste con tus pies pequeños.
Solo me queda esperar y escribir con la esperanza de que llegue el otoño, llevándose las hojas que quedan, aquellas que nunca quisieron caerse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario